El Puerto de Tenerife, históricamente clave para el abastecimiento y la logística en Canarias, enfrenta una serie de desafíos estructurales que ponen en riesgo su operatividad, competitividad y relevancia ante transportistas y empresas industriales.
Causas del colapso operacional
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Infraestructura insuficiente: Tenerife dispone de un único dique (el del Este) con solo tres puntos de atraque, que debe atender a muy diferentes tipos de buques: graneleros, petroleros, cargueros, transbordo, repair ship y operaciones navales. Esta multiplicidad de usos ha convertido al dique en un cuello de botella.
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Bloqueos operativos físicos: Las enormes grúas navales, indispensables para la reparación de plataformas y barcos grandes, tienen un tamaño que interfiere con las maniobras de descarga de otras embarcaciones, reduciendo la fluidez operativa.
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Personal escaso y gestión descoordinada: La plantilla de estibadores es limitada (150 trabajadores, con promesa de aumentar a 180), pero sigue siendo claramente insuficiente para los volúmenes de descarga actuales. Además, las prioridades de servicio están siendo cuestionadas por favorecer ciertos tráficos, como la descarga de palas eólicas, sobre otros esenciales como materiales básicos o cereales.
Consecuencias para la cadena logística
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Retornos y pérdidas económicas: Buques evitan escala en Tenerife y se trasladan a Las Palmas, con lo que el puerto tinerfeño pierde tráfico, ingresos y reputación como punto logístico fiable. Un ejemplo reciente lo constituye la cancelación de la escala del buque semisumergible Balder.
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Incremento de costes: Los demoras en fondeo y las esperas para atracar generan sobrecostes elevados en almacenamiento, penalizaciones contractuales y transporte adicional dentro de las rutas interiores.
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Riesgo para el abastecimiento insular: Productos básicos, materias primas y mercancías que dependen de descargas portuarias sufren retrasos significativos. El problema no sólo afecta a la industria, sino que puede trasladarse al consumidor final Canarias.
Posibles vías de solución
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Ampliación y mejora del dique del Este: Aumentar los puntos de atraque, mejorar calados y reorganizar espacios para compatibilizar reparaciones navales con operaciones de carga y descarga.
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Refuerzo de recursos humanos y operativos: Incrementar el número de estibadores, optimizar turnos y equipos, así como mejorar la coordinación entre terminales, armadores y administración portuaria.
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Priorización de tráficos esenciales: Establecer criterios claros para priorizar mercancías de abastecimiento frente a aquellos tráficos que pueden tolerar retrasos, garantizando estabilidad y eficiencia para los productos vitales.
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Mayor inversión pública y política clara: Necesidad de compromisos financieros urgentes desde autoridades portuarias, gobierno autonómico y estatal, junto a planes estratégicos que permitan revertir el deterioro logístico.
Por qué importa a Canarias
Para una región insular como Tenerife, un puerto eficiente no es sólo infraestructura: es condición para la supervivencia económica. Su rol abarca conectividad entre islas, recepción de materias primas, sostenimiento de la industria local, y fiabilidad para exportaciones/importaciones.
Si no se actúa con rapidez y decisión, Tenerife corre el riesgo de perder tráfico que difícilmente podrá recuperar, lo que reforzará aún más la concentración logística en otros puertos como Las Palmas y debilitará el tejido productivo tinerfeño.
