El bloqueo naval en el mar Rojo como consecuencia de las tensiones bélicas que ha desatado la guerra de Israel en Gaza, iniciada a finales de 2023, comienza generar problemas de congestión de contenedores vacíos en puertos del Mediterráneo occidental, como el de València. Las navieras que realizan rutas interoceánicas entre Asia y Europa, tras la reestructuración de los itinerarios marítimos para evitar ataques de los hutíes por el tránsito de sus buques por Oriente y Medio y el canal de Suez -lo que alarga hasta dos semanas sus trayectos al tener que navegar hacia el viejo continente bordeando el Cabo de Buena Esperanza (Sudáfrica)- han descargado desde diciembre un mayor número de contenedores vacíos en el recinto del Grao.
Según la Autoridad Portuaria de València (APV), en diciembre se experimentó un crecimiento en el número de contenedores del 13% respecto al mismo mes de 2022. Así las cosas, el presidente de la asociación de directivos y empresarios del sector de la logística Propeller València, Alfredo Soler, advierte de que se espera «un crecimiento puntual de los contenedores vacíos en los puertos del Mediterráneo como consecuencia de la reestructuración de las rutas marítimas, si bien, en unas semanas debería regularizarse todo e ir volviendo paulatinamente a la normalidad», comenta el CEO de TransBase Soler.
«Desgraciadamente, el problema permanecerá y las nuevas rutas son más largas y más caras. El transporte marítimo -apunta- se encarece y algunas empresas exportadoras perderán pedidos, recortando así su productividad». Soler pronostica que los buques portacontenedores de grandes dimensiones «van a dejar de explorar gran parte del Mediterráneo oriental y la conectividad en el conjunto de los recintos de esta zona geográfica se va a reducir, lo que va a afectar de lleno a las empresas exportadoras» de la Comunitat Valenciana y del resto de España. También alerta del coste de los productos importados de Asia, que seguirá al alza.
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