A mediados de la semana pasada, el Puerto de Ningbo (China) cerraba su terminal de Meidong tras detectar un caso positivo de COVID-19 en unos de sus trabajadores portuarios. El estricto protocolo chino ante la pandemia ponía en jaque a la cadena de suministro global y también a puertos, por ejemplo, como los de Barcelona y Valencia, los cuales mantienen una relación comercial con el puerto chino.
Ante una previsión que apunta a que la terminal de Meidong vuelva a estar operativa a principios de septiembre, la afectación que puede tener en España y Europa todavía no puede conocerse. «Es muy prematuro para valorar los efectos del cierre de la terminal de Meidong del Puerto de Ningbo, uno de los 84 puertos chinos con los que trabaja la Comunidad Portuaria de Valenciaport», según explican desde Valenciaport fuentes consultadas por Diario del Puerto.
Respecto al Port de Barcelona, tal y como confirman desde la APB a Diario del Puerto, el enclave catalán «prevé una actividad muy importante de movimiento de contenedores en las semanas 33, 34 y especialmente la 35». Sin embargo, inciden, «es prácticamente imposible prevenir en estos momentos cuál puede ser el impacto directo para Barcelona debido a este problema».
Experiencia adquirida ante la incertidumbre
Este escenario se produce en un contexto peculiar. «Estos últimos meses hemos trabajado en un contexto que se complicó aún más con el incidente del ‘Ever Given’ en el Canal de Suez y el cierre temporal de Yantian», recuerdan desde la Autoridad Portuaria de Barcelona. Y, ahora, añaden, «aparecen nuevos brotes de COVID-19 que implican nuevas medidas restrictivas y cuarentenas que, seguramente, afectarán a la producción y distribución y, además, añadirán más incertidumbre a la cadena de suministro».
«Las navieras y los profesionales logísticos han adquirido experiencia a partir de estas crisis y han demostrado que saben reorganizar escalas para que la repercusión en la importación y exportación sea la mínima»
Sin embargo, las navieras y los profesionales logísticos «han adquirido experiencia» a partir de estas crisis, recuerdan desde la AP de Valencia, «y han demostrado que saben reorganizar escalas para que la repercusión en la importación y exportación sea la mínima».
«La conectividad, los importantes volúmenes de tráficos y la capilaridad comercial de Valenciaport con China son un seguro comercial para este tipo de percances», destacan desde la APV.
Tifones y congestión
El Port de Barcelona recuerda que el resto de terminales del Puerto de Ningbo «siguen trabajando con normalidad y se espera que haya soluciones para la carga a través de las terminales abiertas», aunque la solución será “complicada».
Asimismo, afirman que el «principal temor» es que esta situación se extienda a las otras terminales o puertos próximos, lo que podría ocasionar «posibles paros en la zona».
Por otra parte, la APB destaca que, además, «se están produciendo tifones en diversas áreas del Mar de China, en las zonas de Canton y Shanghai-Ningbo».
Con todo ello, «la congestión en la costa oeste de U.S.A. sí que está aumentando significativamente estos últimos días, con cifras de buques fondeados que suponen récords para la bahía de Los Ángeles-Long Beah, lo que significa menos disponibilidad de contenedores y buques que puedan aligerar mínimamente la situación en otras zonas del mundo», explican fuentes de la AP de Barcelona.
Fuente: https://www.diariodelpuerto.es/