El Centro de Inspección del puerto de Tenerife, que unifica la tramitación de servicios como sanidad exterior, vegetal, animal, aduanas e inspección y control de mercancías, realizó en 2020 un total de 6.127 inspecciones invirtiendo un promedio de una hora y media en la realización de la totalidad del procedimiento.
A nivel estatal, y de acuerdo el Marco Estratégico del Sistema Portuario en elaboración, la meta a conseguir en 2025 es emplear un plazo máximo de 48 horas en la inspección de mercancía no perecedera o mercancía general, y de seis horas para la perecedera, «con lo que sin lugar a dudas el servicio al respecto en el puerto capitalino es de los más rápidos del país», según afirma la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife.
No obstante, hay aspectos que mejorar como los referidos a la falta de personal funcionarial para las inspecciones del fin de semana, objetivo con el que desde la Subdelegación del Gobierno se está impulsando la definición de un protocolo de actuación que implique a todos los estamentos de la administración central y autonómica con la colaboración de los empresarios.
En ese sentido, desde Puertos de Tenerife recuerdan la necesidad de que toda mercancía depositada en el muelle cuente con la correspondiente documentación y certificados que permitan agilizar su inspección y por tanto salida de muelle lo antes posible. Así también se evitan retrasos en su llegada al destinatario final.
Por otro lado, y en lo que al incremento de los fletes procedentes de Asia se refiere, es una cuestión que «escapa a la competencia de las autoridades portuarias». En 2020, el funcionamiento de la cadena de suministro internacional y la operativa habitual del tráfico marítimo resultó afectada por la COVID no solo en Canarias sino en todo el mundo, afección que condujo a la reducción de buques en funcionamiento y de líneas marítimas, además de un déficit de contenedores vacío.
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